martes, 5 de abril de 2016

Listo para morir

Lo sé, un año después, demasiado que escribir.
Vamos pues.

Érase una vez una chica, feliz, apasionada, diferente, llena de luz y demencias. La recuerdo muy bien, sí.
Vivía su cuento de hadas, recientemente soñado, viento en popa la vida y así; ingresó a la cueva autoprohibida, esa que se había vetado por los horrores encontrados. -Se preguntarán por qué lo hizo, bueno, también es bastante olvidadiza- Como era de esperarse, los horrores no demoraron en manifestarse, asustada, destrozada y sin esperanzas, buscó la salida atravesando desgracias, decepciones y miedos. Cuando al fin logró salir, pobre chica, creyó que todo volvería a la normalidad, pero no contaba con la astucia de las marcas de guerra que le dejó el recorrido del terror.
Se mantuvo fuerte y positiva, al fin de cuentas esta chica es inusual, un día el príncipe de su cuento comenzó a desvanecerse cual terrible maldición. Cada día mas traslúcido, voz apagada, sin luz en los ojos. ¿Y ahora qué?, -se preguntó.
Buscó entre drogas, alcohol, aguas termales y tratados sobre la psiquis una poción, una solución, algunas parecían funcionar pero al final ninguna lo logró.

Ahora la pueden encontrar en su cueva autoconstruida, en posición fetal, sin luz, sin futuro. Afuera un letrero: "Precaución, corazón inválido. Error."

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